miércoles, 16 de mayo de 2012

Con eso me basta.

Y de repente ocurre, le conoces. Una mirada tonta por aquí, un roce casual por allá… Y le dejas, le permites recorrer tu cuerpo, tu corazón, tu mente, pensándote lo suficientemente inteligente como para pararle cuando te estuvieses enamorando. Pero hay cosas que no se pueden controlar. Cosas que no dependen de ti. Y un día te das cuenta de que ya es demasiado tarde, y que esa persona que apareció en tu vida lo ha cambiado todo. Ese chico del que no sabías nada, del que habías prescindido sin mayores problemas hasta el momento, se apodera de ti, consiguiendo que a partir de entonces, nada tenga sentido lejos de él.Y te enamoras de cada sonrisa, de cada tontería, de las caras que te pone, de sus miradas, de su forma de caminar, de sus gestos, de sus manías, de sus detalles.Y una noche te acuerdas del primer beso, de la primera tarde, de la primera frase.Y entonces te das cuenta de que todo ha cambiado, para bien o para mal. Y sabes que es él, y nadie más.Y ríes, y lloras. Sientes tanta felicidad como miedo.¿Cuántas cosas no le habrás dicho por miedo? Todo eso resumido en una sonrisa.Le echas de menos incluso antes de que se vaya. Te pones nerviosa al verle, y te alegras al escucharle, y lo sientes todo, y eso basta.