domingo, 12 de junio de 2016

La vida da muchas vueltas, pero también hay vueltas que dan vida.

Cada día que pasa es un día más. O quizás uno menos, contigo no sé que cuenta he de llevar. Es un día más de vida, un día más teniéndote a mi lado, pero un día más de todos esos que se me van acumulando a la espalda y que temo no poder soportar más. Un día más de esos que más me quiero distanciar de ti, de esos que no quiero saber nada y alejarme, por lo hacerte daño, por no hacerme daño.
Han pasado ya muchos días de estos, pero, hay veces, que sin quererlo, empiezan a pesar todos a la vez, en el mismo momento, cuando pensabas que no estaban haciendo mella en ti. Pero parece ser que me equivocaba, parece ser que a lo mejor no tomé la decisión que tenía que tomar, o al menos no tomé la que mejor me haría a mí.
He aguantado, y me he visto con fuerzas para ello, porque te necesito a mi lado, porque formas parte de mi día a día. Sin embargo, puede que tener lugar en mi rutina esté acabando con todo y puede ser que sea el momento de pensar, de separar el camino, de bifurcarme pensando en mí, sin que me importe lo de más.
Pienso que estamos agrandando algo que no va hacia ninguna parte, que estamos comiendo de la mano equivocada y que estamos viajando en el mismo coche con distinto rumbo.
Sí, la vida da muchas vueltas, pero también hay vueltas que dan la vida, y creo que ha llegado el momento de parar, de que dejes de darme vida y de que deje de darte vueltas.
Cuando todo esto va pesando más y más, no sabes hasta dónde puedes llegar, y miras todo el camino recorrido preguntándote cómo has sido capaz de llegar donde estás. Y es más, cómo se te puede seguir pasando por la mente seguir avanzando hacia delante.
La respuesta es fácil. La respuesta eres tú. Habrá mil cosas que no y otras mil que sí, y a veces es mejor dejar de lado lo que no se quiere para poder seguir adelante. Y yo, me quedo con esos mil sí, que valen millones, al menos a mí me valen millones.
Que hay caídas y recaídas, pero aunque tú seas el culpable, tú eres el apoyo y al que necesito en estos momentos.
Y aunque sea difícil, porque soy la primera que se aleja por miedo a ti, por miedo a tomar decisiones en caliente, se cien por cien que estás, que eres.

lunes, 23 de mayo de 2016

Personas que llegan, personas que marcan.

Nunca nadie me dijo que una persona podía llegar a marcarme tanto. Quizás todo empezó como una caricia, o una persona que tarde o temprano tenía que llegar. No podía llegar a pensar que esa persona iba a significar tanto para mí, que iba a conocer sus más y sus menos al igual que él iba a conocer mis puntos fuertes y débiles. Quizás tantas horas pegados detrás de una pantalla, logró hacer todo lo demás y que siguiera su curso. Quizás todos esos 'buenos días' y 'buenas noches', que se llegaron a hacer rutina, cambiasen la ruta de mi vida.
Sí, todo suena muy bonito y armonioso, pero las cosas así siempre tienen algo detrás. La rutina a veces llega a cansar, y cuando te acostumbras a algo, deja de ser la sorpresa de cada día, la sorpresa al empezar algo, es más, la ilusión que hace que te salga esa sonrisa sin querer.
Quizás ahora todo esto más que caricia, comienza a ser una cicatriz, esa huella que siempre te va a quedar. Digo esto, porque las personas no son fáciles de olvidar, y ninguna se puede sustituir.
Y sí, me hice a ti, me acostumbre a ti y a todo lo que te rodeaba, bueno, que nos rodeaba.
A lo mejor hay muchas cosas que quedan por demostrar y por decir, pero a veces es mejor guardar silencio. Otras veces no, porque ese silencio hacía que me apagara, que me intentase alejar de ti. Aunque luego lo pensara y no me mereciese la pena, todo esto acaba desgastando, día tras día. Como suelen decir, o se puede demostrar, poco a poco todo va pesando, y más si ha pasado de algo que tenía luz y me daba ilusión y esperanza, aunque fuera rutina, ahora sin más, es pasar el día a día.
No me arrepiento de los días que han pasado y los días que pasan, no me arrepiento de que te hayas puesto en medio de mi camino. No me arrepiento, no.
Es más, puedo (y debo) darte las gracias por todos los momentos, por haberme hecho conocerme mejor, por saber que estabas ahí y que lo sigues estando. Gracias por dejarme haberte conocido en las profundidades de tu persona, y por haber disfrutado de momentos contigo. Gracias por todas esas cosas que me guardo en un bolsillo del corazón. Porque sí, porque hay algo dentro de mi que lleva tu nombre, y pase lo que pase, se quedará grabado a fuego en él.

lunes, 17 de diciembre de 2012

DULCES QUINCE, SIEMPRE∞.

Antes cuando no la conocía, podía vivir sin ella. Me sentía completa conmigo misma. Yo era un todo. 
Pero ahora que la conozco y que significa mucho para mi, no puedo dejarla ir ni escapar porque me faltaría una pieza de mi vida. Me ha hecho darme cuenta que me complementa, que es mi mitad, que formamos un todo de verdad, nuestro todo.

Puedo asegurar, porque lo sé, que no puedo vivir sin ella ahora. Ni puedo, ni quiero, ni debo vivir sin ella. Agarrarla fuerte y no soltarla porque estoy segura de que los ''nada es para siempre'' con nosotras no funcionan ni funcionarán. Nuestro siempre es un siempre de los de verdad, eterno como el infinito.
Funcionamos muy bien juntas y nos entendemos como las que mejor, nos tenemos ahí tanto en las buenas como en las malas.

Saber que tienes a alguien como ella a tu lado es de lo mejor que puedes saber y sentir en tu vida. Te sientes segura y feliz junto a ella.
Pueden decir que estamos locas, pero las mejores personas lo están, y nosotras somos locas sí, pero dos locas, juntas.
Cuando una no puede más y afloja, la otra sabe cuando tirar de ella y hacerla sonreír.

Mi mundo ahora es a su lado, y ha cambiado gracias a ella. Ha cambiado a mejor.

sábado, 1 de diciembre de 2012

Cuesta, y mucho.

Es muy irónico que el amor duela. Sí, duele. 
Cuando estás enamorado de la persona equivocada pero perfecta para ti, eres feliz, tienes ilusiones y sueños fantásticos en los que esa persona aparece. Pero en la realidad no. No eres feliz si no le tienes a tu lado, las ilusiones te hacen subir a las nubes para acabar cayendo, y lo sueños son mentiras que todos queremos que algún día dejen de serlo aunque puede que sea imposible.
Debes olvidar a esa persona que hace que tu vida tenga sentido y pasar página, pero no quieres y por eso no puedes hacerlo. ¿El querer y poder es más que el deber? Sí, sin ninguna duda.
Hay muchos peces en el mar, pero a ti en especial te gusta uno, solo uno.
Enamorarse de alguien dura poco, pero dejar de estarlo no se consigue de la noche a la mañana, y menos si esa persona no te da razones para dejar de estar enamorado de ella.
Después de que pasen miles de cosas, sigues estando ahí, al pie del cañón, resistiendo y pasando miedo. Si no está a tu lado formando un todo, cada persona tiene una vida que sigue sin rumbo y a veces, hay que acostumbrarse a ver a la otra persona feliz con alguien que no eres tú. Y puede que seas feliz porque ella lo es, pero no hace ninguna gracia porque tienes que saber vivir con ello encima, sabiendo que no estás a su lado como querrías.
Al fin y al cabo, acabas sabiendo como aguantar y llevarlo a tus espaldas, sin gracia ni ganas, pero sabes como hacerlo. Quizás algún día derrames alguna lágrima al pensarlo, o te entre algún escalofrío y te quite las ganas de sonreír. Pero la vida sigue, sigue sin esa persona, pensando que ella es feliz sin ti y tú tienes que aprender a serlo sin ella.
Puede que cueste, no, cuesta mucho pero imposible no es. Como la gente dice, "tiempo al tiempo". Lo que hay que hacer es robarle el tiempo al tiempo, y ante todo ser, o intentar ser feliz.