lunes, 13 de febrero de 2012

(L)

Cuando mis hijos me pregunten: ¿Quién fue tú primer amor? No quiero mostrarles nuestro álbum, quiero darme la vuelta y que estés ahí. No puedo evitar pensar cómo será. No lo puedo evitar, quizás soy la más ilusa. Hablar de amor, hablar de amar. Hablar de sueños cumplidos y sueños por cumplir. Hablar de quererse, de estar juntos siempre, hasta el fin. Sentimientos que se corresponden. Hablar de un amor que durará eternamente. Caricias y abrazos. Decirse te amo al oído. Sonreír al mirar. Agarrarse de la mano. Mirar las estrellas tumbados. Besarse con dulzura. Si no se ven, se echan de menos y aunque no se vean, se quieren de más. Verse de nuevo. Esa sonrisa. La misma que aparece automáticamente e inconscientemente cuando lo ves. Pase lo que pase ese día. Su sonrisa. Comportarme como una niña pequeña que quiere salir corriendo a buscarle. Mágico. Podremos enfadarnos por cualquier tontería y hacer de un granito de arena una montaña, pero siempre nos unirá lo más importante, eso que sentimos por dentro y que nos hace echarnos de menos cuando estamos separados, el saber que lo dejaría todo por estar tu lado. Quiero que sepas que eres tú el que veo en el fondo de mi vaso, quiero que te sientas afortunado, no por tenerme, sino por hacerme feliz. Un te amo, es muy poco, porque creo que no hay palabras.